Ella se consideraba afortunada, afortunada por disfrutar rabiosamente de lo que hacía. Cada día cuando atravesaba el umbral de su contexto, crecía. Era algo peligroso, y lo temía, no quería dejar de crecer, no quería dejar de disfrutar, se negaba a no aprender de los que de ella aprenden...
...ése podría ser el comienzo de la historia de ésta que coordina y dinamiza este blog. Hoy quiero publicar a bombo y platillos la GENIALIDAD que he descubierto a orillas del Duero. Éste pretende ser un canto al trabajo diferente, al trabajo creativo, y sólo sería posible gracias a ellos, porque nunca como con ellos, nunca sin ellos, pero SIEMPRE con ellos.
Os presento a dos de mis alumnas: Lara de 4º ESO B y Ana Yaiza de 4º ESO A, ellas representan el trabajo que se está haciendo este año en las clases de Iniciativa. Cada día me sorprendo más de lo bien que estamos trabajando, de vuestra inmensa receptividad y creatividad. Y, para una profesora, éste es el mayor incentivo a seguir trabajando días y noches en la búsqueda de actividades estimulantes, diferentes...Esas horas tienen su recompensa con estos grandísimos trabajos:
¿Quién no ha envidiado alguna vez a los peces?? Buen relato. Me ha hecho soñar
ResponderEliminarGracias ekoinomiaz,
ResponderEliminarse lo transmitiré a mi alumna. Yoi también he soñado son este cuento... Saludos
Blanca