LO ÚLTIMO PUBLICADO

FAST GOOD MANAGEMENT, PARA TRATAR LA ADVERSIDAD Y LOS CAMBIOS.

- Comienza el curso, los cambios y los nuevos proyectos.
- Estos primeros días serán de  despididas en mi querido  IES Campo Charro.

Ante los cambios, estimula leer a Francisco Alcaide, autor  del  libro   "Fast Good Management", sus ideas me  vienen al pelo para escribir este post. El  primer capítulo de este  libro (disponible en internet)  habla de la ADVERSIDAD  y de las posibilidades que ofrecen  ambientes de cambio. Según él, si  aprendemos a desarrollarnos en ambientes adversos y aprovecharnos del efecto serendipia, creceremos obteniendo grandes logros.

¿Qué beneficios puede aportar la adversidad según F. Alcaide?

La adversidad sirve en ocasiones para despertar talentos ocultos. (...) Santiago Álvarez de Mon, en su libro Desde la adversidad (2003) escribe: «La adversidad nos saca del tedio y la rutina, nos espabila con sus preguntas y exigencias, y nos urge a responder con celeridad y firmeza. También nos protege de la vanidad y la autocomplacencia, impidiendo que nos deslicemos por la fina resbaladiza pendiente del aburguesamiento».

La adversidad ayuda a veces a encontrar el sentido de la vida. En su libro Nada es imposible (2002) Christopher Reeve, el actor neoyorkino protagonista de Superman (1978), cuenta su experiencia vital después de que en mayo de 1995 quedase paralizado de cuello para abajo tras una caída de caballo durante una competición. (...)

La adversidad enseña a valorar todo lo que se tiene y a ser agradecido. El gran pecado que cometemos –todos, me atrevería a decir– es que, como apuntaba Shakespeare (1564–1616), «sufrimos mucho por lo poco que nos falta y disfrutamos muy poco de lo mucho que tenemos». Y así se nos escapa la vida. Casi siempre a la valoración de algo se llega desde su ausencia. Es triste, pero cierto. Son las paradojas y contradicciones de la vida. (...)

La adversidad enseña a vivir el presente y a cultivar los afectos.

La adversidad sirve para sacar la parte más noble de cada individuo. En un mundo hipercompetitivo, la mejor versión del ser humano pasa muchas veces desapercibida. Sin embargo, cuando uno se ve al borde del precipicio y la sensibilidad está a flor de piel, casi siempre la bondad humana suele emerger de lo más profundo de cada persona.

La adversidad sirve para afrontar el futuro con menos miedo. Cuando uno pasa por una situación límite y es capaz de capearla, luego los problemas son menos problemas. (...)


La adversidad sirve muchas veces para encontrar nuestra vocación. (...) Casi nunca el hombre cambia por iniciativa propia, sólo se pone en movimiento cuando todo tiembla alrededor. En cierta ocasión me decía el psiquiatra Enrique Rojas: «Parece una paradoja pero la frustración es necesaria para la modulación de la personalidad. Es la piedra de toque de la madurez. En el triunfo uno se emborracha de sí mismo mientras que el sufrimiento sirve para entender qué significa el arte de vivir».

La adversidad sirve para distinguir lo esencial de lo accidental. Nos deja desnudos ante nosotros mismos y nos obliga a hacer balance de nuestra vida, a distinguir lo importante de lo secundario. También la cinta El hijo de la novia nos sirve aquí de ejemplo. Rafael (Ricardo Darín) es un empresario de 42 años que sólo vive para su negocio, un restaurante familiar de comida italiana que no pasa por uno de sus mejores momentos y que le trae de cabeza. Las otras facetas de su vida –hija, pareja, amigos– las tiene un poco abandonadas. Su madre Norma –que padece Alzheimer– no recibe su visita desde hace más de un año; y su padre de 83 años, Nico Belvedere, que vive sólo hace tiempo, tampoco recibe ninguna atención por su parte. Su vida es bien descrita por uno de los directivos de la multinacional Marchiolli Internazionale, que le quiere comprar el negocio:
---  ---
En resumen, la adversidad nos visita a todos. Por ello, como dice Bill George, Profesor de la Harvard Business School y autor de 7 lessons for leading in crisis (2009): «Jamás desaproveches una buena crisis». Puede ser una gran oportunidad para que la verdadera transformación ocurra. No se trata de alegrarse de las dificultades que nos ocurren sino de darles un sentido. Un proverbio holandés lo expresa así: «No puede impedirse el viento pero pueden construirse molinos». El autor de Tus zonas erróneas (1976), Wayne W. Dyer, también nos deja una interesante reflexión: «La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización perso-nal en circunstancias en las que otras personas optan por la locura».

No hay comentarios:

Publicar un comentario