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Y si jirafeamos a lo bestia en economía

Uno lee mucho sobre educación, sobre creatividad, sobre innovación y se va quedando con ideas clave que sean el foco que alumbre el camino para que la educación que realizamos todos cumpla su cometido de que los alumnos aprendan y sean seres felices.

Hoy he acudido al CRA Domingo de Guzmán con un taller de economía asequible para niños de 3 años.

Los niños de 3 años son diamantes en bruto. Dice Xavier Aragay que en educación  debemos jirafear, estirar el cuello y reflexionar dónde estamos y dónde vamos...en resumen ser curiosos y disruptivos, analistas y proactivos. Estos niños jirafean a la perfección, estiran el cuello ante aquello que les llama la atención y "disparan" ideas locas sin miedo.

El taller que había diseñado se basaba en trabajar conceptos como el intercambio, el mercado, el dinero y el ahorro. Todo con un hilo conductor, una historia con un protagonista "Monedita". Ellos han interactuado a la perfección con la historia...a veces demasiado llegando a un pequeño caos que ha hecho que el barullo fuera neutalizado por el bote del Sr Silencio (un bote que pinté y que atrapaba el ruido y el desorden y que  a la maestra le ha encantado).


La historia del taller es la historia de Monedita.
Monedita está triste quiere poder comprarlo todo pero no puede...quiere besos, abrazos, quiere palabras bonitas...pero no es capaz de comprarlo...Y aquí los niños tienen un papel crucial, tienen que regalar a Monedita estos intangibles tan valiosos.
Para motivar a los niños teatralizamos entre todos el precioso libro "Vaya beso" (en su versión inglesa, es el único que tengo). Es un precioso libro ilustrado con besos de todos los tipos y que nos plantea la pregunta un precioso reto ¿A quién lo le gusta un beso? con este cuento insistimos en lo bonito que es demostrar el cariño con pequeños gestos.

Ha sido muy divertido, ¡y si creamos una lluvia de besos!...Guauuu la de besos que se han pegado en nuestras mejillas, impresionante.
Los niños y niñas han contribuído a que Monedita se pusiera contenta y que les donara dos monedas (una de 1€ y otra de 2€ que hice en cartulina dorada y con mi lápiz 3D).

Ya tenemos dinero ¡y si nos vamos al mercado!...pero ojo, para que no te timen hay que tener claras las cantidades y en este punto nos lo pasamos genial cantando el libro "Cinco"  del genial Antonio  Rubio, un espléndido cuento que los niños han cantado y bailado fenomenal.

Lo hemos recitado cuatro o cinco veces...¡y si... brincamos y brincamos todos juntos!

Tenía preparado el estupendo cuento de Combel "Mon y Nedita", pero es que estos niños son tan activos necesitan actividades variadas cada poco tiempo, por lo que decidí pasar al poema de Pedro Mañas, más visual y sensorial (esos detalles en la narración A mis enanos Álvar y Martín les encantan y suponía que a estos niños también, ¡y así fue!).



¡Y si no todo se compra...!. Narramos el estupendo poema de Pedro Mañas "Lo vendo Todo" dentro del libro Laberinto. Tenía transcrito el poema con imágenes, lo simplifiqué a conceptos conocidos por los niños y funcionó requetebién. Nos ayudamos de la narración oral y sensorial con objetos y sonidos (pompas, tarros, botellas...) para contar un poema que refleja que hay muchas cosas importantes en nuestra vida que nunca podrán venderse ni comprarse.

¡Y si nos vamos a la lonja y negociamos la compra de un producto!. Preparé una pequeña lonja con productos que les pudieran interesar a los niños: dinosaurios, pelotas, yoyó... Los niños emocionados con las transacciones...Les propuse que realizaran  trueque con productos de otros compañeros, ¡pero no hubo manera!. Todos estaban requetecontentos con sus adquisiciones. 
¡Y si hacemos cuentas! Teníamos dos monedas, nos hemos gastado una, nos queda otra como excedente...¿y qué hacemos con la monedita?...

¡y si  la ahorramos!Construimos en cartón una hucha muy chula en la que metemos la monedita que nos sobró.

Es la primera vez que hago este taller, me ha supuesto muchísimas horas pero la emoción de verlos participar, reír, cantar, pintar las huchas, comprar...eso no tiene precio ni en horas de trabajo, ni en moneditas...

Al final uno también aprende...¡y mucho!