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“LA VIDA ES ARDER Y EL QUE NO ARDE NO VIVE”.


 A José Luis Sampedro.

Se preguntaba José Luis Sampedro por el espíritu creativo y emprendedor de  los inicios del capitalismo.Y nos deberíamos de seguir preguntando lo mismo en España, ¿qué falla a la hora de emprender en nuestro país?.

Para conocer la situación del emprendimiento en nuestro país podemos acudir al informe Global Entrepreneurship Monitor 2012 [1]. Según dicho informe, la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) ha manifestado un ligero descenso del 2% entre el 2011 y 2012 para situarse en el 5,7%. (De cada 100 trabajadores en activo; 5,7 emprendieron un proyecto empresarial). Una cuarta parte de la actividad emprendedora se ha llevado a cabo por necesidad, por lo que las iniciativas emprendedoras son más heterogéneas que al comienzo de la crisis.

De las conclusiones a las que llega el estudio,  es relevante señalar que España presenta oportunidades de negocio, pero tales oportunidades  no son aprovechadas y están impidiendo el relevo empresarial. Hecho que contrasta con la popularidad del emprendimiento, que debería ser potenciado en mayor medida por las autoridades responsables.

En el informe se señala especialmente que los nuevos emprendedores son jóvenes  y demandan la eliminación de las barreras a la entrada en el acto de emprender: regulación, financiación, formación.
En este sentido, el índice TEA representa un 6,67% para la  población de entre 18 y 35 años y 5,28% para adultos de entre 36 y 67 años.

El emprendedor se caracteriza por valores y actitudes tales como  detección de oportunidades, sociabilidad y relaciones, formación en el acto de emprender, no es averso al riesgo, espíritu competitivo, curioso e innovador.

En cuanto a estos valores, el informe destaca que en el perfil del emprendedor español,  sólo aumentan actitudes tales como el acceso a una red de emprendedores, aumenta el miedo al fracaso y no percibe buenas oportunidades

Profundizando en las conclusiones,  el panel de expertos que opina en el informe sobre el perfil del emprendedor, detecta la necesidad de favorecer programas de formación emprendedora amplios.  Teniendo en cuenta el índice TEA de la población que emprendió por necesidad, y de la población joven que se plantea emprender un proyecto empresarial;  parece especialmente urgente incorporar medidas formativas íntegras que cobran la necesidad de educación emprendedora a estos segmentos.

En el informe se considera que en España  “la educación emprendedora no forma parte de los currículos oficiales de las entidades universitarias y pre-universitarias (…)”
Lamentablemente, a nivel regional debemos hacer varias matizaciones; la primera es que para la elaboración del informe GEM, no  existe un grupo de trabajo - como en la mayoría de las comunidades- que profundice y detalle el contexto emprendedor en Castilla y León. La segunda es que Castilla y León está  posicionada en el grupo de las comunidades en las que disminuye el índice de actividad emprendedora.

Ahora que emprender está de moda, debemos reflexionar sobre la necesidad de un cambio radical en la cultura emprendedora: actuaciones contundentes y facilitadoras en el acto de emprender por parte de las administraciones, proveer a nuestros jóvenes de educación emprendedora efectiva y con alcance que guíe en la innovación en el acto de emprender bien sea en la aplicación (producto o proceso) o en la originalidad (radical o incremental):
                                                                            Fuente: elaboración propia

y por supuesto,   una correcta difusión del acto de emprender por los medios de comunicación.

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